Qué les puedo decir, me hizo reir. Me imaginé en la situación, ese difícil momento en que entrás al cine y tenés que decidir dónde te sentás y empezás a analizar todas las variantes: Cerca de adolescentes no porque hacen bardo, con las viejas menos porque hablan, parejas "horny" tampoco, etc.
Carlsberg llevó ese momento al extremo.
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